El 31 de octubre de 2006 fue la última gala en el Colón antes del cierre para su remodelación. Ese día chicos de escuelas públicas de El Talar, Tigre, cantaron en el escenario del magnífico teatro en el marco de una gala a beneficio organizada por la Fundación Vuelo Nocturno, en la que también bailó Iñaki Urlezaga. Por primera y única vez en mi vida tuve la oportunidad de ingresar al Colón ya que fui invitado por ser el director de una de las escuelas participantes del evento. Quedé muy impactado con el teatro. Es algo de lo que los argentinos debemos sentirnos más que orgullosos. Después de cantar, los chicos, según nos había dicho la gente de la fundación, serían invitados a una comidita así, muy coqueta. Nada de eso sucedió, una vez finalizado el espectáculo fuimos invitados a salir por una puerta lateral. De ahí a los micros y taza taza cada uno a su casa.
Cuento esto para que entendamos que al Colón nunca entra el pueblo, y cuando lo hace es a cuentagotas, medio de contrabando.
En esta semana previa al bicentenario fuimos testigos del intercambio de esquelas entre el Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires y la Presidenta de todos los argentinos. Tras numerosos gestos agraviantes del Ing. Mauricio Macri, la Dra. Cristina Fernández de Kirchner hace saber de su decisión de no concurrir a la reinauguración del Colón. Y, oh, las voces republicanas se alzaron. Qué el protocolo, que ella debería ir, que esto y que lo otro.
No va a ir, y me parece muy bien. ¿A qué va a ir? ¿A que la bardeen? Lo mismo que el Tedeum de la Catedral. No tiene sentido que Cristina vaya a escuchar las barbaridades de Bergoglio mientras el rejunte opositor aplaude.
El sábado a la noche estuve en la 9 de Julio. Una fiesta sensacional se está viviendo. El pueblo bailando y cantando en las calles. Nada de miedo ni crispación. Esperanza y alegría es lo que se sentía. Un millón de personas, más, había anoche. Lástima la lluvia de ayer. Hoy a las 24 es la reapertura del Colón, entre los invitados está Ricardo Fort, vos fijate, protocoler@. El pueblo va a seguir en las calles, como tiene que ser.