Los días 28, 29 y 30 de abril tuvo lugar en la UNSAM la IX Cumbre Iberoamericana de Comunicadores. No se propone acá hacer una detallada crónica de lo sucedido, si no más bien plasmar algunas sensaciones que nos dejó.
En primer lugar, sorprendidos porque un evento de tal magnitud se organizara en la ciudad de San Martín, distrito paradigmático del conurbano. Los sanmartinenses estamos acostumbrados ser destacados por otras cuestiones que no señalaremos desde aquí. Aunque cualquiera que lea esto podrá decir cualquier característica que le venga a la mente, con certeza alejada de un San Martín universitario capaz de albergar esta cumbre. Sin embargo, así es. ¿Qué fue esta cumbre? En principio un amontonamiento de paneles de disertantes de nivel desparejo con escaso tiempo de desarrollar sus temas. Se escucharon conferencias muy buenas, la del catalán Toni Puig sobre la marca de una ciudad y de cómo o no un gobierno municipal sabe transmitir un mensaje claro, y el sobrio y entretenido cierre de Dick Morris sobre marketing electoral fueron las más destacables (las más caras también presumimos). Abundaron los comunicólogos que hablan de campañas que ganaron, como si fueran ellos los que ganaran las elecciones. A todo esto nadie habló de campañas perdidas, de lo que el público, entre los que había estudiantes de comunicación, profesionales de marketing, periodistas y curiosos, podría haber sacado valiosas enseñanzas.
Marketing, marqueting, mercadeo, cómo vender, cómo engramparnos, y poco sobre otros aspectos de la comunicación en la política. Ah, no había mencionado que la presidencia del comité organizador estuvo a cargo del licenciado en comercialización Daniel Ivoskus, hijo del actual intendente y posicionándose como príncipe heredero. Hecha esta salvedad, continuamos. También se habló de nuevas tecnologías e internet. Pero como cada uno tenía apenas veinte minutos, muchos, como el caso de Alejandro Piscitelli, hablaban rapidísimo, pasaban volando imágenes que daban la impresión de haber sido levantadas de la red entre el desayuno y la ponencia, contaban en lo que andaban y ahí el moderador les avisaba que les quedaban cinco, y entonces proseguían más rápido aún, lo que hizo que algunos fueran inentendibles.
Fue llamativo que de todas las charlas que presenciamos sólo en una aclararan antes del comienzo que no se permitirían preguntas por una cuestión organizativa (?). Fue en la de Carlos Souto, ¿tendrá algo que ver con el artículo aparecido en El Argentino el domingo pasado? Una lástima, hubiera estado bueno preguntar un par de cositas. Otro momento, el asesor de la Alcaldía de Bogotá Jorge Aguilera comenta como al pasar una anécdota. Resulta que un no tan ignoto pero aún precandidato Uribe se presenta a un debate en el que, tras los sesudos análisis de sus estrategas, sale con los botines de punta a hablar de seguridad y a no moverse de ahí. Nos cuenta Aguilera, no sólo que a partir de ahí comenzó a tomarse en serio la candidatura de Uribe, sino que, y esto es lo que debería resultarnos sorprendente, el titular del diario El Tiempo de Bogotá al día siguiente era algo demoledor para su rival y que dicho titular había sido el que Aguilera mismo les había enviado.
Finalmente, algunas charlas que nos parecieron interesantes fueron: “Televisión pública como formadora de identidad regional en Chiapas”, de Hugo Villar, a partir de la que podemos ratificar el gran momento de nuestra televisión pública; “Cadeia da Legalidade: o Rádio como resistência ao Golpe militar no Brasi,” de Luciano Klöckner; Del boom de las radios zonales y los cables barriales al fenómeno multimedia en internet”, del periodista Eduardo Román; la charla sobre televisión digital del Dr. Osvaldo Nemirovsci, quien arrancó aplausos al decir que “no es casual que sea un gobierno peronista el que también traiga la televisión digital”, y la charla de Daniela Vilar sobre gobierno abierto, quien también se refirió a la militancia online y a los blogueros nac&pop, los grandes ausentes de esta cumbre.
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