Luego de contar que en el partido de San Martín se instalaron cámaras de seguridad en villas y asentamientos, la misma voz en off dice, textual, “esta acción no es del agrado de todos”. En ese preciso momento la cámara se detiene en un grupo de personas, son unas quince, hombres, mujeres, jóvenes, adultos, de vestimenta sencilla, pobres.
Utilizar las cámaras -que supuestamente son para prevenir- para estigmatizar y prejuzgar vecinos no es lo que se espera en la Argentina de hoy. Lejos quedaron los años del terrorismo de estado como para que un gobierno municipal que se dice estar inmerso en el proyecto nacional y popular use una metodología de persecución digna de los años más oscuros de nuestro país.
Si hicieron esto con fines electoralistas, es de esperar que la sociedad evalúe esta aberración y les dé la espalda. No queremos un San Martín donde se criminalice la pobreza, donde desde el estado se etiquete y estigmatice a los vecinos. Este episodio fue lamentable, y si somos una sociedad madura sabremos castigar con el voto a esta gestión que en su desesperación apela a prácticas nefastas.
Señor intendente, usar las cámaras para filmarnos y estigmatizarnos no es del agrado de todos. El pueblo sanmartinense dará su veredicto el 23 de octubre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario