Tomadas las primeras siete bazas,
podríamos decir que Las 13 esposas de Wilson Fernández ha
cumplido con la audiencia su contrato parcial. Siguiendo con la
metáfora del bridge,
a esta altura estamos en condiciones de asegurar que la producción
de Gastón Portal va por el grand slam.
El
juego de bridge, conocido como el ajedrez de las cartas, se juega con
baraja francesa y en pareja, en el que se reparten las 52 cartas del
mazo. Quedándole a cada jugador 13 naipes, como las esposas de
Wilson. Tenemos a lo largo de esta ficción muchas referencias a este
juego, empezando por el nombre del club en el que se desarrolla la
narración oral del protagonista: Club Atlético Brillanté, que era
un viejo club inglés de cartas, el Bridge & Tea. Betty, Coágulo,
Salvat, y el mismo Wilson, se pasan horas sentados a una mesa
mientras cada una de las historias es contada, pausadamente,
sopesando cada palabra y generando en los receptores reacciones de lo
más diversas, muy parecidas seguramente a las que se obtenían en
épocas de oralidad pura. Cada capítulo es un baza, cada baza una
historia. Betty tiene el as de pica, Wilson el as de corazones,
Coágulo y Salvat, los ases de los palos de menor rango.
En el bridge, antes de empezar cada mano, se habla con convenciones para establecer con qué triunfo, o sin triunfo, se juega cada mano y cuántas bazas se espera tomar. Aquí, también se habla, todo el tiempo. La mayoría de la acción es relato oral. Betty, partner de Wilson, baja sus cartas para que éste despliegue toda su destreza narrativa.
En el bridge, antes de empezar cada mano, se habla con convenciones para establecer con qué triunfo, o sin triunfo, se juega cada mano y cuántas bazas se espera tomar. Aquí, también se habla, todo el tiempo. La mayoría de la acción es relato oral. Betty, partner de Wilson, baja sus cartas para que éste despliegue toda su destreza narrativa.
A
nosotros sólo nos resta seguir engrosando las filas de kibitzers
comentando de afuera las finesses,
fallos y triunfos de los jugadores, mientras se juega una mano que
dura más de treinta años.