lunes, 20 de febrero de 2017

Pukarainca

Llegó la hora de volver a cruzar para este lado. El 6 de enero dejábamos la casita de Los Almendros y al mediodía siguiente entrábamos a la Cabaña Maríaflorales en San Rafael. Una idea era pasar por las Termas de Cacheuta, donde Laura quería hacer puenting, pero entre tanto trajín y espera para cruzar decidimos parar en Uspallata.

A 14 km. de la rotonda de Uspallata hacia el norte por la RN 149 se encuentra el Hotel Pukarainca, un hermoso hotel en medio de ese valle y rodeado de los Andes para donde mires. Allí descansamos, usamos su pequeña pileta, cenamos en su restaurante, y al otro día partimos a San Rafael.





martes, 14 de febrero de 2017

Valparaíso

Hay algunos lugares con los que uno conecta en seguida. Me pasó en Potosí, en Montevideo. Me pasó manejando de Porto Alegre a Uruguaiana, cruzaba el sur de Brasil y sentía que cabalgaba nuestra Pampa. Y me pasó -ya van dos veces- en Valparaíso. Soy porteño, del gran puerto del estuario del Plata, y siento a Valparaíso como un puerto espejo de Buenos Aires, allá lejos en el poniente y con tanta personalidad como Buenos Aires.






Dos veces pisé Valparaíso, en ambos casos estuve apenas unas horas, pero no importa porque el amor a primera vista existe. En el no tan lejano 2010 estuve en su centro histórico, ascendí en funicular, y comí congrio en el Mercado Cardonal



















En esta ocasión, fuimos directo a La Sebastiana, la casa que el poeta Pablo Neruda tenía en Valparaíso. Una casa colgada en uno de los cerros con una vista espectacular de la bahía y del resto de la ciudad. La visita a la casa vale la pena, ya que en sus cuatro plantas uno revive la vida del poeta y conoce parte de la historia de Chile. A la salida de La Sebastiana y tras la obligada sesión de fotos y compras de recuerdos en los puestos aledaños, nos dirigimos al Mercado Cardonal, donde saboreé un potente caldillo de congrio, que era justamente la comida favorita de Pablo Neruda.




lunes, 6 de febrero de 2017

Reñaca

Reñaca es un buen lugar para veranear. Es Viña y a la vez no es Viña. Es Viña porque está dentro de los límites del municipio, pero es otra cosa ya que está unos cuantos kilómetros al norte. Alejada del centro, pero a 20 minutos de auto, y a media hora de Valparaíso. Es una localidad principalmente turística, y cada verano es invadida por miles de mendocinos (los más chilenos de los argentinos).



En mi caso es la segunda vez que visito sus playas. Me encanta la postal de las construcciones en terraza frente al mar, y me encantan sus atardeceres, ver cómo el sol desciende de a poco en el Pacífico. Nos alojamos en una casa que conseguimos a muy buen precio por AirBnB en el sector Los Almendros, a unos minutos de auto de la playa, ubicada en la cima de un cerro, un barrio tranquilo y muy lindo.



Estacionar sobre la Avenida Borgoño era tarea difícil, y de lograrlo, había que pagar (3000 cls a la mañana y otros 3000 a la tarde, gamba y media nuestra para todo el día). La opción económica era dejar el auto a un par de cuadras. En la playa podías alquilar reposeras y sombrilla de paja para todo el día a 3000 (75 $Ars) cada ítem.
Nos quedamos desde el 31 de diciembre hasta el viernes 6 de enero, a puro sol y playa. El martes 3 fuimos a Santiago y le dimos un lindo golpe al Costanera Norte de Providencia. Otro día fuimos a Valparaíso, visitamos La Sebastiana y almorzamos en el Mercado Cardonal. Tuvimos buen clima los seis días que permanecimos allí, así que pudimos disfrutar sus playas a pleno. Bah, a pleno es una manera de decir, ya que si te referís a tomar sol toda la tarde sí, pero de meterse al mar, eso ya es más complicado. Todas las playas de Viña, o casi todas, tienen un cartel que advierte que no son aptas para bañarse. El Pacífico de pacífico sólo tiene el nombre. Apenas te podés meter uno o dos metros en el mar, si no te sacan las olas, te sacan los guardavidas.















 Claro que fue una estadía espectacular. Vimos el tradicional show de fuegos artificiales de año nuevo en las costas de Valparaíso, Viña y Concón, mucho sol y playa, compras a precios increíbles, visita a Valpo, caldillo de congrio, vinos chilenos y paisajes de postal.