Hay algunos lugares con los que uno conecta en seguida. Me
pasó en Potosí, en Montevideo. Me pasó manejando de Porto Alegre a Uruguaiana,
cruzaba el sur de Brasil y sentía que cabalgaba nuestra Pampa. Y me pasó -ya
van dos veces- en Valparaíso. Soy porteño, del gran puerto del estuario del
Plata, y siento a Valparaíso como un puerto espejo de Buenos Aires, allá lejos
en el poniente y con tanta personalidad como Buenos Aires.
Dos veces pisé Valparaíso, en ambos casos estuve apenas unas
horas, pero no importa porque el amor a primera vista existe. En el no tan
lejano 2010 estuve en su centro histórico, ascendí en funicular, y comí congrio
en el Mercado Cardonal.
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