miércoles, 14 de marzo de 2007
sábado, 10 de febrero de 2007
martes, 6 de febrero de 2007
Ciudad de La Paz
Llegué hoy a las 6:00 a La Paz. Estaba muy cansado. Tomé por hoy una habitación en el Gloria Hotel y me tiré a dormir. A eso de la una de la tarde me despierta el ruido de una multitud y de explosiones. Resulta que a una cuadra había una manifestación de mineros y las explosiones no eran otra cosa que dinamita que hacían explotar.
Fui a comer algo y después a recorrer el casco histórico de la ciudad. Estuve en la Plaza Murillo, donde se encuentra el Palacio Legislativo y la Casa de Gobierno. Después fui a la calle Jaen, que es una callecita que conserva el estilo colonial. Ahí, por 4Bs se pueden visitar cuatro museos, el contusbrista, el del litoral (que muestra cómo Chile les afanó la salida al mar), el de metales preciosos (llenos de oro y plata), y la casa de Murillo (prothéroe de la independencia, ya que se reveló en 1809 contra los españoles y lo colgaron en enero de 1810. Mañana pienso ir a Copacabana y la Isla del Sol en el Lago Titicaca. El viernes 6:00 hs estoy viajando a Bs. As.
lunes, 5 de febrero de 2007
Cochabamba
Hoy bien tempranito, 4:30 para ser exactos, llegué a Cochabamba. Decidí no gastar en hotel y dejé el equipaje en la terminal. La ciudad todavía dormía y me fui caminado hasta la plaza central. Algo para rescatar es la falta de sensación de inseguridad que tuve en cada una de las ciudades que visité. La gente es bastante respetuosa y casi no se oye hablar de robos.
Fui a desayunar (en la calle, claro) y volví a la plaza. A eso de las 8:00 se llena de militares, policías, autoridades y alumnos secundarios. Vaya paradoja, caí justo para el acto de inauguración de clases. Lo que me hizo recordar que ponto tengo que volver al trabajo.A la tarde fui hasta el Cristo de La Concordia, pero una lluviecita molesta y el cansancio no me dejaron llegar al tope del cerro.Hoy 22:30 viajo a La Paz y calculo que viernes o sábado estaré volviendo.
Sucre
El sábado a las 19:30, tomé un micro a Sucre. Por suerte, de Potosí al norte, las rutas ya son pavimentadas, y esta vez, el micro salió en horario y llegó bien. El viaje dura 3 horas aproxiadamente. Ni bien llegué me acomodé en un hotelito cerca de la Plaza principal y salí a comer algo. Es difícil encontrar en Bolivia un lugar donde comer. Casi no hay restaurantes y lo que se pede encontrar por la noche son algunos localcitos que venden una presita de pollo con un arroz bastante insulso. Lo mejor, cuando es de día, es comer en los mercados populares, donde la comida es barata y nutritiva. Pero no era este el caso, era tarde así que me tuve que conformar con el pollito y el arroz. Después, siendo sábado a la noche, salí a recorrer la ciudad. Uno puede comprobar que Buenos Aires es una ciudad von vida nocturna. Acá, un par de lugares donde tomar unas cervezas, y finalmente encontré un boliche que se llama Tabacos. Pero me quedé un rato, estaba cansado del viaje y del carnaval más temprano en Potosí.Al otro día me recorrí la capital constitucional de punta a punta y por la noche viajé a Cochabamba.
Casa de la moneda
Otro lugar interesante para visitar es la casa de la moneda de Potosí. Allí, por ejemplo se acuñó la primera moneda de las Provincias Unidas en 1813; que no es otra que la que se recrea en nuestra actual moneda de $1. Es más si uno se fija bien, todavía traen las ltras P, T y S superpuestas.
El Carnaval minero
Sin saberlo, nos hallábamos en la ciudad que arranca con el carnaval en Bolivia. El 1º de febrero comienza en Potosí el carnaval con el desfile de más de 50 cooperativas de mineros, que descienden del cerro hasta la Avenida del Minero. Este espectáculo comienza a eso de las 10:00 y sigue todo el día. Al costado la gente juega al canaval en serio, como no veo desde mi infancia (como nunca ví). De un lado al otro de la avenida vuelan cientos de bombuchas, no se salvan ni los músicos ni los bailarines, y no queda otra que comprarse un "poncho de agua" y comprar bombuchas para responder.
Antes de que baje la primera cooperativa, los mineros bajan la imagen de Tata K'ajchu, y comienza el desfile. Los trajes son impresionantes, y es impactante ver cómo las distintas cooperativas vienen marchando montaña abajo mientras hacen detonar dinamita.
La ciudad del Cerro Rico
Potosí es una ciudad hermosa. Es la más alta del mundo, se halla a 4070 msnm.
La primer noche nos alojamos todos en un hostal frente a la terminal, y sin darnos un baño salimos a caminar y a comer algo.
El viernes a la tarde fuimos a las minas del Cerro Rico. Es impresionante ver las condiciones en que trabajan los mineros. Víctor, el guía, nos llevó hasta el 4º nivel de la mina. El paseo no es para nada sencillo. De golpe te dicen, "pozo a la izquierda" "pozo a la derecha", y si te asomás no terminan nunca.
Para entrar te dan todo el equipo necesario y nos hicieron comprar para llevarle a los mineros una bolsita con "santa coquita", tunchos (un atadito de 12 cigarrillos armados sin filtro), y una botellita de alcohol puro, que es lo que toman los mineros.
Desde el 1500 y tanto que se extrae plata y otros minerales ininterrumpidamente del cerro. Es impresionante ver cuando uno llega a la ciudad la imagen partida del cerro abierto por todos lados. Y da mucha bronca el saqueo que la corona española hizo en esta ciudad que alguna vez fue la más poblada del mundo y que hoy es una de las más pobres de Bolivia.
domingo, 4 de febrero de 2007
Crónica de un viaje
Cuando finalmente pude cruzar, Martín ya había sacado los pasajes. A Potosí cuesta entre 20 y 30 Bs. El sacó de 40 porque era un coche semicama y por lo que le habían mostrado en una foto, era un doble piso bastante comfortable. Buenísima, dijimos, es un viaje largo por ruta de ripio, mejor en un coche como la gente.
Ya en el NOA, varias personas que anduvieron por Bolivia me habían comentado que el transporte ahí era desastroso. Que los micros salían tarde, que se rompían en el camino, que sobrevendían pasajes, que subían las cholas con los bebés y hasta con gallinas. Bueno, nos pasaron todas, sólo faltaron las gallinas.
El micro tenía que salir 19:30 hora de Bolivia, eran las nueve casi, el movimiento de la terminal se apagaba y El Chicheño, la empresa en que viajaríamos, no aparecía. En cambio aparece un coche de la empresa El Boquerón bastante viejo. Se baja uno del micro a los gritos: "¡Remplazo del chicheño! ¡El Chicheño, el Chicheño, por acá!"
Subir fue tremendo, todos al mismo tiempo queriendo entrar. Una vez adentro, nadie había respetado sus asientos. Nosotros teníamos asientos en la planta baja el doble piso así que nos dijeron que viajaríamos parados. A discutir a la oficina un rato y nos dieron dos asientos, algo es algo, así que dijimos que nos turnaríamos. Ya arriba, Ewa se acomodó en el piso y nos dejó los asientos a nosotros.
Arrancamos 9 y pico. A la hora y media se queda el micro. Bajan el chofer y su acompañante y empiezan a los martillazos abajo del micro. Dos horas parados. ¡¡Era el cardan y lo arreglaron a los martillazos!! No nos olvidemos que la ruta es de ripio y con curvas y contracurvas entre las montañas. Así que a cortar clavos.
Un chileno que viajaba nos empezó a enroscar a todos para que no sigamos. Al principio no le di mucha bola porque por lo que me habían contado esto era común. Aparte no recuerdo haber leído noticias sobre accientes en esta ruta de Bolivia. Pero cuando los que se empezaron a quejar eran los bolivianos que viajaban siempre, me entré a preocupar.
Ni bien pasamos Tupiza, pinchamos una rueda. Gomería y otra horita en el medio de la nada. La gente cada vez más amotinada. La pareja chilena y una pareja argentina decidieron no seguir, el chofer no les quería dar las mochilas. Les decía que no se preocuparan que íbamos a llegar bien si íbamos despacio. Una de las pibas se colgó el micro y no lo dejó arrancar hasta que no les diera la mochila. Los demás no sabíamos que hacer. Tampoco daba quedarse en medio de la ruta a 2km de Tupiza. Se bajaron ellos cuatro y seguimos, pero arriba el ambiente estaba caldeado. Algunos le pedían al chofer que volviera para Tupiza y nos mandaran otro micro. El chofer no quería saber nada, le dio para adelante. Por suerte a unas cuadras está la policía de tránsito que para a todos los micros y ahí aprovechamos y les dijimos en las condiciones que estábamos viajando. Le ordenaron al chofer volver a Tupiza y que un mecánico decida si el viaje se podía seguir.
En la terminal jamás apareció el mecánico. La policía dijo que los que querían seguir suban y los que no esperáramos hasta las 8:00 que era cuando arrancaba la terminal. Nosotros nos quedamos con la mitad que tomaría otro micro. Nos devolvieron 30Bs porque hasta Tupiza salía 10.
En medio de todo este caos se puede rescatar que se formó una camaradería entre un grupo de argentinos, bolivianos, chilenos y un colombiano.
Tomamos un micro a las 9 de la mañana y llegamos sin problemas a Potosí entre las 7 y 8 de la tarde.
El micro tenía que salir 19:30 hora de Bolivia, eran las nueve casi, el movimiento de la terminal se apagaba y El Chicheño, la empresa en que viajaríamos, no aparecía. En cambio aparece un coche de la empresa El Boquerón bastante viejo. Se baja uno del micro a los gritos: "¡Remplazo del chicheño! ¡El Chicheño, el Chicheño, por acá!"
Subir fue tremendo, todos al mismo tiempo queriendo entrar. Una vez adentro, nadie había respetado sus asientos. Nosotros teníamos asientos en la planta baja el doble piso así que nos dijeron que viajaríamos parados. A discutir a la oficina un rato y nos dieron dos asientos, algo es algo, así que dijimos que nos turnaríamos. Ya arriba, Ewa se acomodó en el piso y nos dejó los asientos a nosotros.
Arrancamos 9 y pico. A la hora y media se queda el micro. Bajan el chofer y su acompañante y empiezan a los martillazos abajo del micro. Dos horas parados. ¡¡Era el cardan y lo arreglaron a los martillazos!! No nos olvidemos que la ruta es de ripio y con curvas y contracurvas entre las montañas. Así que a cortar clavos.
Un chileno que viajaba nos empezó a enroscar a todos para que no sigamos. Al principio no le di mucha bola porque por lo que me habían contado esto era común. Aparte no recuerdo haber leído noticias sobre accientes en esta ruta de Bolivia. Pero cuando los que se empezaron a quejar eran los bolivianos que viajaban siempre, me entré a preocupar.
Ni bien pasamos Tupiza, pinchamos una rueda. Gomería y otra horita en el medio de la nada. La gente cada vez más amotinada. La pareja chilena y una pareja argentina decidieron no seguir, el chofer no les quería dar las mochilas. Les decía que no se preocuparan que íbamos a llegar bien si íbamos despacio. Una de las pibas se colgó el micro y no lo dejó arrancar hasta que no les diera la mochila. Los demás no sabíamos que hacer. Tampoco daba quedarse en medio de la ruta a 2km de Tupiza. Se bajaron ellos cuatro y seguimos, pero arriba el ambiente estaba caldeado. Algunos le pedían al chofer que volviera para Tupiza y nos mandaran otro micro. El chofer no quería saber nada, le dio para adelante. Por suerte a unas cuadras está la policía de tránsito que para a todos los micros y ahí aprovechamos y les dijimos en las condiciones que estábamos viajando. Le ordenaron al chofer volver a Tupiza y que un mecánico decida si el viaje se podía seguir.
En la terminal jamás apareció el mecánico. La policía dijo que los que querían seguir suban y los que no esperáramos hasta las 8:00 que era cuando arrancaba la terminal. Nosotros nos quedamos con la mitad que tomaría otro micro. Nos devolvieron 30Bs porque hasta Tupiza salía 10.
En medio de todo este caos se puede rescatar que se formó una camaradería entre un grupo de argentinos, bolivianos, chilenos y un colombiano.
Tomamos un micro a las 9 de la mañana y llegamos sin problemas a Potosí entre las 7 y 8 de la tarde.
Cruce La Quiaca-Villazón
El miércoles 31 me disponía a cruzar a Bolivia. Al mediodía crucé caminando un par de cuadras a Villazón. Nadie te para si vas sin equipaje. Volví al hotel y me quedé haciendo tiempo en un ciber. Ahí me encontré con Martín y Ewa, que ya había conocido en la excursión a las Salinas grandes. Ellos también cruzaban, así que decidimos hacer el viaje juntos.
Fuimos temprano a la frontera, menos mal, porque debido al estado deteriorado de mi DNI tuve que ir hasta la policia de La Quiaca para que me hagan una constancia de identidad, si no migraciones de Bolivia no me dejaba entrar al país. Foto en Vilazón, trámite en La Quiaca, en fin, dos horitas de ir y venir para que me dejen entrar. Ni bien llegue tengo que renovar mi documento.
miércoles, 31 de enero de 2007
De acá en adelante
Hoy pienso cruzar a Villazón (Bolivia), y de ahí tomar un micro a Potosí. De ser posible también trataré de concocer Sucre, Cochabamba y La Paz. Una vez en La Paz, me gustaría ir al Lago Titicaca. Si todo va bien el miércoles que viene estaría regresando a Buenos Aires.
Más fotos
Suscribirse a:
Entradas (Atom)