Ayer sábado me levanté tipo 11:30. Ya no servía desayunar así que me comí un sánguche de lomito y unos vasos de coca.
Después empecé a caminar para donde están las ruinas del Pucará de Tilcara, más o menos 1km de la ciudad. Se paga 5$ para entrar y la entrada también sirve para el museo de arqueología que está frente a la plaza. El lugar es bárbaro, pero desilusiona un poco saber que fueron reconstruídas en el siglo XX, así que vaya uno a saber si el lugar era realmente como está armado ahora.
Ahí me encontré con Noel y Mariana, dos chicas de Entre Ríos que habían viajado conmigo desde Purmamarca. Estaban por ir a la Quebrada del Diablo que queda a una hora de camino por la montaña desde el Pucará. Decidí ir con ellas, ya que para ir solo es mucha distancia.
El camino es largo y agotador, pero la verdad es que vale la pena porque los paisajes durante el camino y al llegar a la quebrada son impresionantes.
Nos quedamos arriba cerca de una hora y el descenso lo hicimos bastante rápido. Después fuimos al museo para aprovechar la entrada al Pucará.
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